
P.Gaugin, Manao tupapau ( El espíritu de los muertos vela)
TABÚ
Hermosa palabra polinesia que trajo a Europa el capitán James Cook.
En sus diarios de viaje, este intrépido marino cuenta que oían repetidamente esta palabra a los nativos de las islas.
Significaba lo sacrosanto, lo intocable, impuro, prohibido, pecado.
Las cosas muy sagradas tienen algo de maligno.
Hay poderes sobrenaturales que provocan un temor irracional en los seres humanos.
Lo sagrado y lo impuro van de la mano.

Cuando Cook intentó un trueque de unos postes de madera para reparar el mástil de su navío, cometió un error fatal: aquellos palos circundaban un recinto sagrado.
Eran TABÚ.
Intentó secuestrar al jefe nativo. La operación salió fatal, porque los indígenas se dieron cuenta del engaño y uno de ellos acuchilló a Cook.
Los habitantes de aquellas islas incineraron al capitán y guardaron algunos de sus huesos como reliquias. Entregaron el resto a la tripulación para que los arrojaran al mar, como correspondía a un navegante de su categoría.

Todos los seres humanos nos parecemos en lo esencial: compartimos los mismos miedos.
Fantasmas terribles nos rodean: el ansia, la tristeza, la soledad, la muerte.

Pero he aquí la PARADOJA:
El hombre necesita de los seres sobrenaturales, de los dioses, de espíritus, duendes y hadas. Pero ellos deben ser benignos y malignos, para conservar el misterio de lo inexplicable.
Intentamos acercarnos a lo prohibido. Lo impuro tiene un IMÁN.
Queremos controlar los MIEDOS, entender lo INEXPLICABLE, acercarnos a lo MÍSTICO.
Y todo esto es MÁS GRANDE QUE NOSOTROS.

El peligro no es menos peligro porque sea imaginario o fantasmal.
Si lo semejante produce lo semejante, como enseña la MAGIA SIMPÁTICA, el mago o el sacerdote, inspirado por un dios cualquiera, puede hacer dos cosas, una positiva y otra negativa.
UN HECHIZO: “Haz esto para que suceda esto otro”.
UN TABÚ: “No hagas esto para que no suceda esto otro”.

Las plantas, los animales, las piedras, y también las cosas inanimadas, pueden producir beneficios o perjuicios de acuerdo con su propia naturaleza y sus propiedades.
Una estrella brillante y fija puede proteger de los reveses de la fortuna: brillo e inmutabilidad para tu futuro.

Muchas veces, tratamos de atrapar ese instante de felicidad, contraviniendo las reglas de la naturaleza que dictan que:
La FELICIDAD es simplemente
EFÍMERA: no dura más de un día.

Así, los poetas se visten de magos y suplican la INMUTABILIDAD de alguna estrella del firmamento: que sus cualidades y sus poderes se transmitan a mi porvenir.

¡Estrella brillante! Ojalá fuese constante como tú.
Pero no suspendida en el solitario esplendor de la noche,
con tus eternas luces encendidas,
como un paciente e insomne eremita de la naturaleza,
observando el sacro deber de las ondulantes aguas,
que acrisolan las playas de los hombres,
o contemplando el manto de la nieve recién caída
sobre las montañas y los brezos.
No. Constante siempre, siempre inmutable,
arrebujado en el blando seno de mi amor,
para sentir siempre su suave latido,
despierto siempre de dulce inquietud,
oyendo siempre, siempre, su tierno aliento,
y vivir así por siempre, o no morir tanto.
John Keats, Bright Star.

El rito viene de la mano del tabú.
Todos los modos y maneras forman parte de esa reverencia, del pánico a ser castigados. La muerte llega por la noche y se instala en el mundo.
Si somos descuidados en los ritos, violamos un tabú y merecemos el castigo.
El jefe, el hechicero se protege con símbolos y tabúes, para inspirar temor y obediencia.
Para estos ritos «simpáticos» y apotropaicos son de gran utilidad
LOS NUDOS
James Frazer recoge en La rama dorada muchos ejemplos de diferentes culturas sobre los efectos mágicos de nudos y ataduras.
Alcmena estuvo de parto siete días con sus noches porque la diosa Lucina, que no es otra que Hera-Juno, protectora de las parturientas, con manos y piernas entrelazadas no se apartó ni un milímetro de la casa.
No quería que naciera Hércules, el vástago de la amante de Zeus, y amenazara su progenie.
El engaño debe formar parte del ritual.
Galantis, la sierva de Alcmena le dijo que el niño ya había nacido, así que la diosa descruzó las piernas. Gracias a eso, Alcmena consiguió parir.
Galantis fue metamorfoseada en comadreja, la reina de los engaños.

Si tu amante te ha dejado y mueres de despecho, puedes recurrir a un RITUAL DE VUDÚ, como la pobre Amarilis, que desea para el malvado Dafnis lo peor.
Ayudada por la brujería, practica este rito:

Traedme a Dafnis de la ciudad a casa, versos míos, traédmelo.
Ata tres hilos de colores con tres nudos, Amarilis;
átalos, Amarilis, y di tan solo: “ATO LOS NUDOS DE VENUS”.
Traedme a Dafnis de la ciudad a casa, versos míos, traédmelo.
Como este barro se endurece y esta cera se derrite
por un único y mismo fuego, así Dafnis por mi amor.
Esparce harina y quema con brea frágiles ramas de laurel;
el malvado Dafnis me abrasa, yo en este laurel abraso a Dafnis.
Traedme a Dafnis de la ciudad a casa, versos míos, traédmelo.
Que a Dafnis posea un amor como el de una ternera que
cansada de perseguir por bosques y espesas arboledas a su novillo
cae rendida junto a las verdes algas del agua del río,
y olvida regresar al caer la noche,
que un amor tal posea a Dafinis y no tenga ansia yo de cuidarlo.
Traedme a Dafnis de la ciudad a casa, versos míos, traédmelo.
Virgilio, Égloga VIII, 72-90

Otras amantes DESATAN EL NUDO y pasan estas cosas:
PSIQUE, la curiosa esposa, ávida de saber quién era su fascinante amante, estaba aterrorizada por la prohibición de ver el cuerpo de su marido.
Pero su curiosidad supera el miedo, y rompe el ensalmo: desata el nudo.

Pandora tiene una prohibición parecida: no debe saber, no debe conocer ni averiguar más que lo que le está permitido.
Supera el tabú con la curiosidad, que según dicen es típicamente femenina.

Los incautos Adán y Eva comen los frutos del árbol prohibido porque desdeñan esa absurda cortapisa: no aceptan el TABÚ.
Quieren penetrar en los misterios de lo prohibido, de lo ignorado para todos, y saber qué va a pasar después, averiguar si va a ser tanto el mal que no podrán superarlo jamás.

En nuestros tiempos, el TABÚ tiene un nuevo amo:
La corrección política, el lenguaje falsamente inclusivo, la terminología que no quiere dañar nuestra piel blandita, nuestra conciencia de conveniencia.
La plétora de EUFEMISMOS y DISFEMISMOS es infinita.
Y todo el mundo parece estar de acuerdo.
Pero ese es otro tema.

Paul GAUGIN creyó descubrir el PARAÍSO en Tahití.
Las personas descubrimos paraísos que más pronto que tarde nos decepcionan.
A él también le pasó. Como muchos, buscaba al BUEN SALVAJE.
A su vuelta de los Mares del Sur el baño de realidad debió de ser tremendo.
Aunque la rotunda sensualidad de las tahitianas de Gaugin debió de remover muchas conciencias.
Solo caminaba por extrañas calles,
solo porque tú me dejaste.
Mujeres que entienden de la felicidad
a mi lado veía pasar,
pero ninguna en pieles y seda,
ninguna entendía lo que yo sufro.
Qué hermoso era lo que yo poseía,
qué duro es olvidar aquella belleza
TABÚ, TABÚ, tu amas a otro y no a mí.
TABÚ, TABÚ, pero yo te amo aún a ti.
TABÚ, para mí tú eres TABÚ.

TRADUCCIONES: Maite Jiménez (agosto 2023).